Portada del nuevo texto de Moratalla. |
Sí, se lo creerán o no, pero no sé que leer para ser un ciudadano más autónomo, en el mero supuesto de que ya lo sea, autónomo digo, ciudadano sí lo soy. Y resulta que esta semana, participando como alumno, y cubriendo informativamente las XVII Jornadas de Ética y Política en nuestro Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias, ISTIC, encontré una herramienta envidiable, el nuevo texto del Filósofo y especialista en Bioética, Tomás Domingo Moratalla. Pero hay que decir toda la verdad, no pude esperar más, este viernes di una llamada a una gran amiga, Elsa, la directora de las Librerías Diocesanas, y me quedé con el azucarillo en los labios, me quedé a la espera, porque el texto de Tomás Domingo Moratalla, "Bioética y cine: de la narración a la deliberación", se había agotado.
Claro, ahora quedaría pensar dos cosas, una de ellas, la descarto totalmente, es que Elsa no contara con un gran stock en sus tiendas de este texto, además ratifico lo contrario, puesto que sé que los ejemplares, bastantes, volaron esta semana que estamos a punto de cerrar. La otra posibilidad que me queda por pensar sí es acertada, y es que desde el lunes más de un alumno tras recoger el testigo de reflexión que nos daba Moratalla, partió el martes a la calle San Agustín, a la Diocesana, para hacerse con un ejemplar y poder seguir profundizando en esta puerta que nos ha abierto Tomás Domingo, la puerta de aprender a ser un ciudadano autónomo, y para capacitarnos para ello nos puede servir mucho el modelo que no aporta este profesor de la Complutense, el modelo de la deliberación, frente a la sola vía de la ciencia, o la sola vía del todo de la comunidad, es decir, optar por la hermenéutica.
No pierdan la esperanza quienes hayan sufrido el pequeño desencanto -pequeño para las penurias que estamos pasando, y las grandes penurias que están pasando otros-, porque ese desencanto pronto quedará salvado, según me ha dicho Elsa, siempre con su gran profesionalidad, esta mañana -la de este viernes-, dado que en breves días contaremos nuevamente con ejemplares para proseguir deslizándonos por la senda de la deliberación, senda que nos ha abierto Moratalla, al que, por lo menos yo y muchas personas y amigos de mi ámbito, hemos de agradecerle que nos haya ofrecido estos días esa posibilidad, la de ver la vida de otra manera, desde el prisma de la bioética. Una senda que mucho tiene que ver o todo con la que ya seguimos y hemos elegido, la de Jesús. Por cierto, a lo mejor convendría organizar una pequeña jornada para responsables públicos y enseñarles a ver la sociedad, desde el laboratorio del cine y la fórmula de la bioética, quizás eso les llevaría a ser más positivos ante la crisis y sobre todo algo más deliberativos, pero deliberativos de verdad.
*Responsable de Comunicación del ISTIC