viernes, 16 de marzo de 2012

Un jueves sobre "La labor social" en el ISTIC: Desde Cáritas a importantes trabajos históricos...


Leonardo Ruiz, director de Cáritas Tenerife. FOTOS: Esteban González
Este jueves, la jornada sobre “La labor social de la Iglesia en Canarias” siguió desarrollando su programa en las instalaciones del Seminario, La Laguna. Esta cita que se iniciaba el pasado lunes, organizada por la UIMP y el ISTIC, sigue profundizando en cuál ha sido el trabajo realizado por la diversas instituciones en lo que ha hecho social se refiere en Canarias. 

En esta ocasión, la jornada vespertina arrancó con la ponencia “De la asistencia a la promoción socio-caritativa”, ofrecida por Leornardo Ruiz, director de Cáritas Diocesana de Tenerife –intervención que ofrecemos íntegra en el siguiente texto-:

“La Caridad viene de muy lejos, su origen se encuentra en las entrañas de Dios, estaba también en la mente de Cristo; cuando se rompió su corazón nacieron todas las Cáritas antiguas y nuevas, la de los testigos de la caridad de todos los tiempos, la de cada voluntario y de cada comunidad cristiana a lo largo de los 21 siglos de historia.

Hace sesenta y cinco años, en 1947, recién terminada la segunda guerra mundial y poco después de la guerra civil española, se celebró la primera Asamblea Nacional del Secretariado de la Caridad, en la que se aprobaron los reglamentos. Este Secretariado se había creado en 1942 dentro de la Acción Católica.

CÁRITAS ESPAÑOLA quiso dar respuesta, abriendo un camino de esperanza, quiso ser una señal que orientara y estimulara, ofreciendo pautas y estilos nuevos. Nace como expresión a la urgente necesidad sentida por la Iglesia de organizar la caridad. Surge por y para los pobres, con un espíritu de animación para conseguir una sociedad más justa y solidaria.

En el mismo año 1947 las Cáritas Nacionales reunidas en París, dan los primeros pasos para la creación de la Cáritas Internacional, que fue realidad en 1951, bajo la presidencia del Cardenal Roncalli, futuro Juan XXIII.

Se constituyen los primeros Secretariados Diocesanos de Caridad. Se redactan los primeros reglamentos de las Cáritas Parroquiales. Se ponen en marcha los primeros dispensarios parroquiales de alimentos...

En 1952, Cáritas en Tenerife celebra su primera Asamblea, siendo Obispo de la Diócesis D. Domingo Pérez Cáceres, que nombra al Reverendo D. Luis Reyes Pérez Delegado Episcopal, y a Don Fernando Beautell Meléndez, Director Diocesano.

Los primeros años se caracterizan por la consolidación institucional y organizativa de Cáritas Diocesana y se visitan todas las Parroquias, creando las Cáritas Parroquiales.

Esta primera etapa está marcada por la Ayuda Social Americana (básicamente leche en polvo, queso amarillo y ropa). Se reparten toneladas de alimentos y de ropa. Hubo más asistencialismo que animación; pero no podemos olvidar que los hechos hay que situarlos en su contexto para ser justos con la historia.

La constitución de las Cáritas Parroquiales contribuyó a la justa distribución de los productos procedentes de la ayuda exterior y, a la vez, esta ayuda favoreció la consolidación de su organización. Para obtener recursos propios en este período, se realizaron tómbolas benéficas, rifas y otros actos a beneficio de Cáritas.

Cuando la ayuda terminó, los pobres seguían existiendo, y Cáritas tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos y, con escasos recursos dar respuesta a las nuevas pobrezas. Surgen las Cáritas Interparroquiales, con otros bríos y nueva visión. Se encienden nuevas luces, orientadas hacia la formación de los agentes sociales y de los hombres y mujeres de Cáritas.
También es caridad pensar, escribir, formar e informar, denunciar, leer los signos. Estas iniciativas favorecieron un cambio de mentalidad y estilo que era necesario si se deseaba actuar con mayor eficacia en la lucha contra la pobreza y sus causas.

En 1957, con diez años de vida, Cáritas Española adquiere personalidad propia independiente de la Acción Católica…

La década de los 60 es inolvidable. La recordaremos siempre agradecidos. Son los años de Juan XXIII y de Pablo VI, los años del Concilio Vaticano II y de la renovación de la Iglesia, los años de la protesta y los de la esperanza.

Cáritas también se renueva. Aparecen nuevos voluntarios comprometidos. Se vivifica el espíritu y el estilo. El fruto más hermoso de esta renovación fue el Plan de Comunicación Cristiana de Bienes (CCB) que marcaría un hito en todo el planteamiento de la caridad cristiana. Ya no había que esperar tanto la ayuda que venía de fuera, sino que aprendimos a poner en común nuestros propios bienes. Asimilamos el compartir y experimentamos que cuando la persona suma, Dios bendice y multiplica. Sin embargo, aún quedaba mucho por andar en eso de la Comunicación Cristiana de Bienes.

Dentro de esta dinámica renovadora señalaré la aparición de la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada), que se colocó a la vanguardia de la Investigación Social en España. Esta Fundación contribuye a que Cáritas se libere en parte, del estudio técnico y científico del análisis de la realidad y dedique sus energías al desarrollo de estilos y técnicas aplicadas de lucha contra la pobreza.

Por último, en 1967, Cáritas Española ya es mayor de 20 años y renueva su misma estructura. La Conferencia Episcopal Española aprueba los nuevos Estatutos, en los que se da a Cáritas su actual estructura confederal.

Y aquí, en Tenerife, ¿qué hicimos?

Pues se realizaron proyectos de promoción humana y cultural en las Islas de El Hierro, La Gomera y La Palma; en algunas localidades del Sur de Tenerife, y en los barrios periféricos de Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna.

Se crearon las Cáritas Interparroquiales, con el fin de aunar y rentabilizar los recursos.

Se afrontó la Promoción Social Obrera, con la creación de dos Centros: uno en la Cuesta y otro en Taco.

Se apoyó la creación de cooperativas.

Se constituyó la “Constructora Benéfica Pío XII” para la construcción de viviendas sociales.

Se creó la “Escuela de Asistentes Sociales” y tres Institutos Filiales de Bachiller (Taco, Barrio de la Salud y García Escámez).

En esta etapa es muy probable que Cáritas descuidase su presencia animadora y orientadora en las comunidades de base, en las parroquias y en los grupos que iban por la línea de opción con los pobres.

A Cáritas no le sientan mal los aires que corren en la década de los setenta. Por eso se adapta a la nueva situación, crece hacia dentro y hacia fuera, consolida su identidad y su estructura, se despega de la reducción de su quehacer a las acciones benéfico-asistenciales, para pasar a potenciar todo lo que favoreciese a la promoción y el desarrollo de las personas.

Fue pionera en impulsar la acción y el pensamiento del desarrollo comunitario. Pidió la transformación de las estructuras políticas, sociales y económicas, porque todas ellas generaban pobreza. Comienza a luchar no solo contra la pobreza, sino también contra sus causas y denuncia los desequilibrios causados por el sistema socioeconómico.

En 1974 se constituye la Comisión de Campañas y Socorro de emergencias, que llevará a cabo una gran labor en el campo de la cooperación internacional.

Cáritas sabía que el amor no conoce fronteras. Y sabía que a los pobres había que ir siempre con urgencia. No se podía esperar a que ocurriese un acontecimiento trágico. El hambre de cada día era la peor tragedia.

¿Qué pasó entonces en Cáritas de la Diócesis de Tenerife?

Esta fase fue de preocupación por la cercanía a la base, sin abandonar las actividades propias: la formación profesional, promoción de grupos marginados, el desarrollo de los servicios sociales complementarios… se dio prioridad a la atención y animación de la comunidad. Surgieron entonces, tras los primeros contactos, nuevas experiencias en diferentes zonas de la Diócesis.

Y fue el momento de tomar el pulso a las Cáritas Interparroquiales, que hacían que los esfuerzos y servicios a los distintos sectores fuesen más eficaces.

Cáritas trabajó en esta etapa valorando los recursos con los que contaba, tanto humanos, como económicos, para programar su acción de la forma más eficaz; a la vez que estudiaba la realidad de donde se trabajaba. Puso su confianza en los militantes cristianos y en el Párroco de cada comunidad.

En este periodo, se abrió el “Centro Guajara” para la acogida y acompañamiento de transeúntes en Santa Cruz, y el Hogar del Pensionista “Padre Anchieta” con sus diversos servicios de ayuda a domicilio, acogimiento familiar, talleres y diferentes actividades, en La Laguna.

Dos grandes palabras se abren paso en Cáritas en la década de los años ochenta: 

Solidaridad y Nuevos pobres


Solidaridad es, sin duda, una de las palabras más bonitas de nuestro vocabulario. Cáritas se alegra del resurgir de movimientos altruistas y los fomenta. Todos sus contratados y voluntarios quieren solidarizarse con los pobres de cerca y de lejos, acercándose a ellos con actitud empática, caminando con ellos por el camino de la promoción y la integración. Cáritas no solo quiere vivir la solidaridad sino que infunde en ella un soplo de generosidad y de gratitud.

Ante la realidad de los “nuevos pobres”, la Iglesia pide intensificar y coordinar mejor las formas organizadas de ejercer la caridad; lo requiere el sufrimiento de tantos hermanos nuestros: ancianos solitarios, enfermos terminales, personas sin trabajo, madres abandonadas, drogadictos, alcohólicos y tantos otros…

Y por eso, las acciones de Cáritas evolucionan:

*desde lo benéfico asistencial individual hacia la promoción de los colectivos excluidos,
*en la transformación de las estructuras socioeconómicas que generan pobreza y
*denunciando los desequilibrios del sistema.

En estos años adquiere una gran importancia el problema del desempleo, para lo que se crean, a nivel diocesano las “Comisiones de Lucha contra el paro”, a partir de las cuales surgirán en los años siguientes, numerosas cooperativas laborales. El Programa del Paro se convierte en el área preferente de la actuación de Cáritas a lo largo de los años siguientes.

En 1981 y 1983, Cáritas, por encargo de la Comunidad Europea, realiza un estudio sobre la pobreza en España, cuyos resultados conmocionan a la opinión pública, al desvelar la existencia de ocho millones de pobres. Fue una verdadera denuncia profética que abrió los ojos de muchos sobre la realidad sociológica española.

Y Cáritas Diocesana de Tenerife ¿qué?

Entre las acciones significativas de esta década, se destacan:

*la creación de la Comisión Diocesana de Lucha contra el Paro.
*Se comienza con un Centro de Día para “transeúntes y el colectivo sin techo”, las colonias de verano para niños y niñas de diferentes zonas.
*Se pone en marcha un Programa de familia, en el arciprestazgo de La Salud, con un comedor para niños en el que sus madres se implicaron.
*Se crea el Programa de Ayuda a domicilio en Santa Cruz de Tenerife, para la atención de enfermos y ancianos de todo el municipio. Este Programa, se llevó con profesionales, hasta que fueran transferidas las competencias a los Ayuntamientos.
*La primera Asamblea Diocesana en 1988, asumió una programación bianual que afectaba no solo a los servicios de Cáritas a nivel Diocesano, sino también a todos los niveles: parroquial, arciprestal e insular.

Esta Asamblea marcó prioridades importantes, como son:
–el trabajo continuado para la creación, de las Cáritas Parroquiales y la renovación de las existentes;
–la potenciación del voluntariado y su formación, incidiendo de modo especial, en el voluntariado juvenil;
–la opción preferencial por los colectivos más desfavorecidos: los drogadictos, la mujer, la infancia y los jóvenes desfavorecidos,
–la coordinación a todos los niveles, incluida con la Cáritas hermana de Las Palmas de Gran Canaria;
–la renovación de los Estatutos de Cáritas Diocesana

AL FINAL DE ESTA DÉCADA:

*se realiza la recogida de datos para la Investigación sobre “Desigualdad, Marginación y Subdesarrollo” en la Provincia de Santa Cruz de Tenerife, que se publicaría en 1990;
*se crea la Fundación CESICA (Centro Español de Solidaridad Islas Canarias) en coordinación con la Cáritas de Las Palmas, que pondrá en marcha el Programa “Proyecto Hombre”, para la rehabilitación e inserción de toxicómanos;
*se potencia el Programa de Cooperación Internacional.

El paro adquiere en esta década una importancia decisiva. Fue el gran drama social de los años 80 que persiste, con mucha gravedad, en nuestros días. Cáritas destina a lo largo de estos años una gran parte de sus recursos a promover la creación de cooperativas laborales y empresas alternativas en diferentes puntos del país.

Comienzan a surgir nuevos fenómenos de exclusión, que afectan a colectivos como el de los inmigrantes, los jóvenes sin empleo, los parados de larga duración o las víctimas de la droga y el SIDA.

En el terreno de la acción social, Cáritas dirige sus prioridades a formular los derechos sociales de los excluidos y a transmitir a la sociedad la idea de que la lucha contra la pobreza pasa por el cambio de nuestros estilos de vida. Las actividades de Cáritas se especializan en la prevención —insistiendo en la educación y formación de los colectivos sociales de riesgo—, sin abandonar la reinserción y la asistencia primaria.

Se crean con éxito las Escuelas de Formación Social, las Jornadas de Teología de la Caridad, los encuentros latinoamericanos de la Caridad, las Asambleas anuales de la Confederación…
Se logra mejorar las relaciones con las Administraciones Públicas; pero los pobres siguen ahí, esperando ser escuchados por la sociedad en la que viven. Nuestra caridad no es suficiente.

Se refuerza la dimensión internacional, particularmente la colaboración con las Cáritas hermanas. La Cooperación Internacional creció igualmente en cantidad como en calidad: no sólo con ayudas ante situaciones de emergencia, sino también con acciones de desarrollo. 

La respuesta humanitaria, en algunos casos ha sido desbordante. Se cuida, también, la sensibilización de la comunidad para que la cooperación solidaria no se quede en una mera respuesta sensible momentánea, sino que transforme nuestro estilo de vida. El clamor de los pobres y los hambrientos nos llega hasta las entrañas.

En 1996 Cáritas participa en la organización del Congreso Nacional sobre la pobreza que se celebra en Madrid, publica la Guía de Formación y en su Asamblea del mismo año, se aprueba el “Documento Marco para la acción de Cáritas en los próximos años”.
Un nuevo camino, un nuevo reto, se abren con la celebración del Simposio de Políticas Sociales contra la Exclusión social. Se trata de ofrecer propuestas políticas y legislativas concretas, para construir una sociedad más accesible, especialmente para los empobrecidos y excluidos.

A finales de la década se celebró el I Sínodo Diocesano, que concluyó en diciembre del año 1998, en el cual se recogen una serie de constituciones que marcarían la trayectoria de Cáritas para los próximos años. Destaco una: que en todas las parroquias exista un grupo de Cáritas o una persona de referencia.

D. Felipe Fernández García, Obispo de la Diócesis en aquellas fechas, nos invitaba en su Carta Pastoral de Cuaresma del año 1996 a reflexionar y a salir al encuentro de los pobres y entregarnos a su servicio”, a “comprometernos a favor de la justicia,  sin quedarnos pasivos ante la situación de injusticia existente”.

Durante estos años, siguieron siendo prioritarias la Animación y formación de los agentes de pastoral. Entre las actividades más significativas, destacamos las siguientes:

*En Tenerife se celebran Escuelas de Verano, para la formación de jóvenes voluntarios, desde 1990 a 1996, así como Jornadas anuales de Formación para el voluntariado. Estos dos encuentros formativos se concentrarían en este último año en la Escuela de Formación Social, conocida como Escuela de Otoño. En el ámbito estatal, desde los inicios de Escuelas de Formación, organizadas por Cáritas Española se fomentó la participación de voluntarios y técnicos de nuestra entidad, así como en otras iniciativas de formación específica desarrollada por otras entidades. En colaboración con el Centro Teológico, en la Escuela de Formación de Agentes de Pastoral diocesana, se impartía el tercer año de Formación Específica.
*Dentro del proceso de formación desarrollado a través de cursos de iniciación, formación de formadores, formación específica para los voluntarios de los diferentes programas, etc., se realizó el Plan Diocesano de Formación de Cáritas en coordinación con el Plan propuesto por la Guía de Formación.
*Se participó en el proceso de elaboración de la Ley del Voluntariado estatal y de Canarias, ésta última aprobada en 1998 y, participando activamente en la preparación y realización de las Jornadas de Formación del Voluntariado de Canarias desde sus inicios.

Cáritas formó parte de la Plataforma de Interacción Comunitaria y participó en la creación y realización de sus jornadas anuales, así como participa desde entonces en la Federación de Entidades de Voluntariado.

Se adoptó un compromiso con los colectivos y territorios más desfavorecidos y así, en los primeros años de la década se creó el Programa de Atención Intermedia “Tamarco” (S/C de Tenerife), un centro de Día para el trabajo integral con los “Colectivos sin Hogar” con servicio de comedor, asesoramiento psicológico y social y talleres de formación Ocupacional. A finales de esta misma década se pone en marcha el proyecto Emmanuel, en Los Cristianos.

En la misma línea de trabajo con el colectivo de Personas Sin Hogar, la Cáritas Arciprestal del Valle de la Orotava, pone en marcha la Casa de Acogida “María Blanca”. Posteriormente se inaugura el Proyecto Café y Calor, un centro de baja exigencia que ofrece alojamiento por la noche, duchas, complemento alimentario nocturno y desayuno, acompañamiento y seguimiento para personas del colectivo sin techo con altas dificultades de integración.

En estos años también se amplía el “Centro Guajara”.

Dentro del Programa de Familia y Mujer se crea el Centro “ATACAITE” de Acogida y Formación para Familias Monoparentales y mujeres solas, abre sus puertas en 1995.

El Proyecto Chaxiraxi, un centro de día destinado a madres jóvenes entre 14 y 30 años con hijos de hasta tres años y futuras madres en periodo de gestación, también se hizo realidad en 1998, donde ese colectivo de mujeres jóvenes recibe apoyo educativo para desarrollar la función materna.      

En este mismo año se crea el Proyecto Dácil, de animación de grupos de mujeres e inserción socio-laboral de mujeres responsables de núcleos familiares.

También se llevaron a cabo diversos talleres de formación para mujeres desempleadas: Talleres de confección textil industrial, arte floral, cocina y estética, además de los realizados en las diversas Cáritas arciprestales y parroquiales.

En el Programa de Mujer de Cáritas, se trabajó con mujeres prostituidas, en colaboración con las Religiosas Oblatas.

Se abre el “Proyecto Lázaro”, para enfermos de VIH/SIDA. Y también el Programa de Inmigrantes, con tres Proyectos: “Contamíname” (de acogida, orientación, apoyo jurídico, orientación laboral, clases de cultura y lengua española, etc.), y las casas de acogida “BEN” en Santa Cruz y San Antonio de Padua en Granadilla.

En 1997 se inician los centros de atención diurna para personas mayores, lo que sería una iniciativa pionera de trabajo con este colectivo. Se abren los CED Hassidim, en Ofra, S/C de Tenerife, Isora, en Guía de Isora, Alborada, en San Miguel y Las Nieves en La Laguna. Éste último también con residencia. Y además se pone en marcha la vivienda tutelada Nuevos Hogares Don Miguel Pérez Álvarez, con ocasión del Año Internacional de las Personas Mayores.

Toman fuerza los Programas de Infancia y adolescencia (Centro de día “Althay” y otros proyectos de animación en diferentes zonas); de Familia (pisos Tutelados); “Taburiente” en Tazacorte, “Escuela Hogar de Icod”, La Salud, Ofra, etc.); de Formación y promoción de empleo (Argodey en la Gomera), de Jóvenes desfavorecidos (Proyecto Pro-Juventus, con incidencia de diferentes localidades de Tenerife y de la Palma) y el de Cooperación Internacional (“Jóvenes mirando al futuro”) con dos en Perú, uno en Ecuador y otro en Togo).

Dentro de la formación para jóvenes, destaco la escuela taller de mantenimiento de edificios y el taller de empleo, auxiliar de geriatría, agricultura ecológica (en la Laguna y la Victoria) y cocina; esto se llevó a cabo también en 1998. Otros como tapicería y carpintería, en S/C de La Palma.

La presencia pública y la participación en plataformas y foros, como:
*Consejo General de Servicios Sociales del Gobierno de Canarias.
*Consejo de Administración del I.C.F.E.M., en representación del Consejo General de Servicios Sociales.
*Plataforma de Interacción Comunitaria.
*Plataforma Insular del Voluntariado.
*Plataforma de Asociaciones de Infancia de S/C de Tenerife.
*Coordinadora de ONGs de S/C de Tenerife.

Cáritas articula su presencia en la Comunidad, para responder a las personas y colectivos más necesitados, desde las 17 Cáritas Interparroquiales y 94 Cáritas Parroquiales.

Esta presencia de Cáritas se desarrolla en las diferentes Áreas de intervención:

POBLACIONAL:

A través de los programas de infancia, familia, mujer, jóvenes y mayores.

EXCLUIDOS:

Con los programas de colectivos “Sin Techo”, inmigrantes, drogas y sida.

ACCIÓN SOCIAL DE BASE:

Con la animación comunitaria y empleo.

COOPERACIÓN INTERNACIONAL:

Finalizando el siglo y el milenio, 1999 será el año de la Caridad, todo un reto. ¿Supimos dar respuesta a todo lo que se nos pidió y a todo lo que se esperaba de nosotros? Estoy convencido de que sí.

Cáritas crece hacia dentro y hacia fuera, en calidad y en cantidad, en conocimiento y en compromiso, en espíritu y en organización. Pero también hay rémoras, rutinas, dudas, miedos, tensiones. Por ello, Cáritas debe renovarse cada día y estar siempre abierta al soplo del Espíritu.

En 1993 la Asamblea General aprueba las “Prioridades estratégicas” que definirían la acción de Cáritas en los años siguientes, de acuerdo a cinco objetivos prioritarios:

– Aumentar el compromiso social con los colectivos y territorios más desfavorecidos.
– Trabajar en la construcción de una sociedad accesible para todos.
– Impulsar la regeneración de los vínculos sociales.
– Dinamizar la comunidad cristiana como sujeto activo de la acción sociocaritativa de la Iglesia.
– Mejorar la presencia pública de Cáritas.

Los últimos años se caracterizaron por los esfuerzos dirigidos a mejorar la calidad de las acciones de Cáritas en todos los campos en donde actúa. Para ello se puso en marcha una doble tarea:

*reflexionar sobre la propia identidad y,
*elaborar propuestas prácticas de lucha contra la pobreza en España mediante la puesta en marcha de medidas concretas en campos de la vivienda, la salud, la educación, el empleo y la protección social.

Cáritas reforzó también su dimensión europea, sobre todo a través del trabajo conjunto desarrollado con Cáritas Europa y la coordinación asumida por Cáritas Española en 1995 en la Red Europea sobre Marginación de Personas Mayores en Núcleos Urbanos, financiada por la Unión Europea.

La acción investigadora de Cáritas cubrió nuevos retos con la Publicación del V Informe FOESSA, la edición de los informes sobre la situación de la población pobre en los territorios de cada Cáritas Diocesana y la elaboración, en 1995, del primer estudio sobre los salarios sociales en las Comunidades Autónomas.

En el terreno de la Cooperación Internacional la crisis de la ex-Yugoslavia primero y la de Ruanda, Burundi y el Zaire, más tarde, fueron un reto organizativo para Cáritas.
En la Asamblea de 1996, se aprobó el llamado Documento Marco para la acción de Cáritas durante los próximos años.
<><><><> 

Y finalizamos en la última década, o sea, los años dos mil. Caritas ha apostado por atender aquellas realidades que no tienen una respuesta por parte de la sociedad y las entidades competentes, por lo que se trabaja con ellas en la asunción de determinados proyectos y programas de forma que podamos dedicar nuestra acción a los colectivos más necesitados.
Se han atendido desde los diferentes programas a un colectivo importante de personas a través de diferentes servicios y proyectos como han sido:

-Cursos del Plan Fip en colaboración con el ICFEM, luego llamado Servicio Canario de Empleo (SCE): ayudante de Cocina, Confeccionista de prendas textiles, auxiliar de geriatría.

-Convenio (como parte de la Red Anagos) con el ICFEM para formar durante 10 meses a un grupo de personas en exclusión en diferentes materias: confección, tapicería, carpintería y agricultura ecológica.

Y hoy, con 278.898 personas desempleadas en Canarias, de las que 130.856 corresponden a nuestra provincia, habiendo tenido un incremento de parados del 80,98% entre febrero de 2008 y febrero de 2012, en Cáritas Diocesana de Tenerife apostamos por la promoción, habiendo dejado de gestionar aquellos proyectos que están siendo asumidos por otras entidades o por la Administración, como es el caso de los Centros de Estancias Diurnas para mayores de Isora y San Miguel, tomada su gestión por los respectivos ayuntamientos.

La vivienda tutelada Nuevos Hogares que ya no respondía a las necesidades del colectivo, dejamos de gestionarla, así como el comedor social Emmanuel ubicado en Los Cristianos, por falta de implicación de los ayuntamientos de la zona. Ahora puede verse al colectivo sin techo deambulando por las calles y durmiendo en la playa o donde pueden y acudiendo a Cáritas para cubrirles sus necesidades más básicas.

El comedor social “Tamarco” que gestionaba Cáritas, ubicado junto al Albergue Municipal, en el año 2005 el Gobierno Autónomo traspasó su gestión al ayuntamiento capitalino.

Estamos inmersos de lleno en el empleo con una mayor apuesta, así como en la formación de la persona para lograr su inserción laboral. Estamos trabajando la formación con cursos de enfermería, geriatría, alzhéimer y otras especialidades. Itinerarios Integrados de Inserción (Confección textil, carpintería de la madera, agricultura ecológica, jardinería, peluque-ría, etc.
Talleres de Serigrafía en Santa Cruz de Tenerife. Inserción laboral para la mujer, con los proyectos Clara de Tenerife y La Palma, últimamente con el nombre de Dácil.

El Área de empleo es la que asume las necesidades de puestos de trabajo que nos demandan quienes acuden a Cáritas, tanto en los proyectos específicos (casas y centros de acogida o centros de día) y los que tienen su origen en las Cáritas Parroquiales y Arciprestales.

Datos esperanzadores tenemos. Y eso es motivo de gozo y alegría, pues a pesar de la crisis y de la situación, logramos la inserción laboral de un porcentaje sustancioso de las personas que acuden al servicio.

Y finalizo con una frase de nuestro Modelo de Acción Social: El capítulo primero se titula “La persona como centro” y la frase que sigue dice:

La persona, en tanto poseedora de la máxima dignidad posible, en tanto ser integral y social y en proceso de hacerse en la sociedad y de hacer sociedad, se torna en eje y centro fundamental de nuestra acción.

Espero haber cumplido las expectativas que ustedes traían y les agradezco su presencia. Buenas tardes”.

Juan Carlos Arencibia

Juan Carlos Arencibia, Profesor de Historia. ISTIC-Gran Canaria
Posteriormente, se dio paso a la intervención de Juan Carlos Arencibia, del Departamento de Historia de la Iglesia del ISTIC, sede Gran Canaria. Su ponencia estuvo centrada en “La labor social en Canarias en la segunda mitad del siglo XVIII” –información recogida de www.diocesisdecanarias.org / Julio Roldán-.


A finales del siglo XVIII, vida de los canarios profundamente marcada por el catolicismo. Los obispos y los párrocos tenían una gran influencia social y una gran capacidad de control en las costumbres. En la segunda mitad del siglo XVIII se da un considerable incremento demográfico. También se constatan las crisis alimentarias con súbitas subidas de precios frecuentes a partir de 1765. 



El siglo XVIII canario, y de una forma especial la segunda parte del mismo, fue un siglo de preocupación por los problemas sociales y el desarrollo de la beneficencia, y la Iglesia siguió teniendo un papel de primer orden en este ámbito. Comienza una intervención e implicación cada vez mayor del Estado y de los poderes civiles con creación de proyectos independientes del control eclesial. Destaca el nacimiento de ciertas Sociedades Económicas de Amigos del País, y otras fundaciones de carácter social no eclesiásticas. Una de las constataciones destacadas en este período fue la creación del Seminario como semillero de ilustrados. Realizó una aportación importante al incremento de la cultura en Canarias y a la renovación eclesial de la diócesis.

Un momento de la mesa redonda.

La jornada de este jueves concluyó con la participación de Inmaculada Egües, Profesora Titular de la Facultad de Formación del Profesorado, Universidad de Las Palmas de Gran Canarias; y María Teresa Trujillo, del Departamento de Historia de la Iglesia, ISTIC, Sede de Gran Canaria, quienes desarrollaron el tema: “Preocupación social de Obispo José Cueto a través de algunos escritos suyos y de su época”. Y terminó la tarde con “Desde el No Conviene a las Cosas Nuevas: La Iglesia canaria y la clase obrera ante el nuevo orden social”, que leyó José Miguel Barreto, del Departamento de Historia de la Iglesia, ISTIC, Sede de Gran Canaria. 
Por Domingo J. Jorge, responsable de Comunicación del ISTIC