El
fracaso escolar es uno de los debates recurridos y recurrentes en nuestra
sociedad española, que vuelve a salir a la luz en esta situación a veces
convulsiva por la crisis económica. ¿En qué consiste el fracaso escolar? Es la
gran pregunta que se hacen padres y docentes. Sobre este tema, bastante
complicado, se han publicado miles de artículos y no pocos libros, desde el
punto de vista estadístico, psicológico, pedagógico, etcétera.
El
fracaso escolar se ha medido, de manera oficial, por el número de titulados o
no, sobre todo en Secundaria, aunque en los últimos años se han incorporado los
datos estadísticos sobre el abandono de los estudios, en todos los niveles, y
sus causas sociológicas. En el debate surgen propuestas sobre el sistema
educativo, sobre la organización y política de los centros o bien sobre el
entorno social de los escolares. Probablemente, estaremos más acertados si
achacamos el fracaso escolar en alguna medida a cada ámbito, de tal forma que
el sistema educativo tendrá su incidencia, como también lo tendrá la situación
de algunos centros y el entorno de los alumnos.
Entonces,
¿con qué nos quedamos? Yo diría que con un aspecto de vital importancia y que
es centro y denominador común en todos estos ámbitos: las etapas evolutivas de
los niños y, como consecuencia directa, la autoestima de los niños.
En
un correcto desarrollo de las etapas evolutivas tienen que ver tanto el
sistema, como los centros, como las familias. Los niños con baja autoestima
tienen más probabilidades de fracasar no sólo en el ámbito escolar, sino en su
madurez y evolución como adulto.
Un
niño con alta autoestima está preparado en mayor medida para afrontar los retos
de la vida.
Por
lo tanto, el respeto a las etapas evolutivas es un tema fundamental que debe
incorporarse a los debates sobre la escolaridad. En este aspecto y en la
promoción del niño trabaja el Centro de Orientación Familiar (COF 2000) de la
Diócesis Nivariense, que es un servicio especializado de atención integral a
los problemas familiares en todas sus dimensiones.
Según
su propia definición, “para poder denominarse católico debe inspirarse y
ejercer su actividad desde la antropología cristiana y la fidelidad al
Magisterio, y ser reconocido así por el obispo de la Diócesis”.
COF
2000 es un programa de acción social, y sin ánimo de lucro, para el apoyo
terapéutico y de orientación a la familia, con especial atención a las que
sufren crisis en la unidad matrimonial y en la educación integral de los hijos.
Este
servicio está compuesto por profesionales de orientación familiar, psico-social
y pedagógica, médico-ginecológica, jurídica y ética. Cuenta con un blog de
información en la siguiente dirección: cof2000.blogspot.com.es. Recientemente,
se publicó una información sobre la autoestima, en la que se señala que un niño
con una autoestima adecuada se siente seguro; tiene mayores posibilidades de
progresar con éxito en sus estudios; mantiene unas buenas relaciones personales
con su familia y sus amigos y, en definitiva, se siente bien consigo mismo.
Mientras
que la baja autoestima hace que sea un niño tímido, inseguro, dependiente,
deprimido, desconfiado, agresivo, temeroso, complaciente, inhibido, poco
comunicativo. Son rasgos que los padres deben tener en cuenta para detectar en
los hijos un posible problema de autoestima.
El hecho de que el COF 2000 “gravite” sobre la
antropología cristiana y el Magisterio de la Iglesia es la garantía de un
servicio que se asienta sobre las bases de los valores universales, aquellos
que han permitido el crecimiento de las sociedades y cuya pérdida afecta hoy a la
ruptura de los pueblos y a las etapas evolutivas de pequeños y mayores.
En
la evolución del niño hay que tener en cuenta tres etapas evolutivas:
-Estado
preoperacional (2-7 años). Es una etapa de simbologías e imágenes, así como de
egocentrismo, porque el niño se mira a sí mismo y no es capaz de ponerse en el
lugar de otra persona. Se debe tener muy en cuenta respecto a las relaciones en
casa y en el colegio.
-Período
operatorio concreto (7-12 años). El niño está capacitado para actuar con la
lógica, y puede aplicar operaciones psicológicas respecto a manipular datos,
clasificar, ordenar. Lo concreto es lo real.
-Período
operatorio abstracto (12-15 años). Realiza operaciones más complejas porque
genera hipótesis. Trabaja con objetos y sujetos abstractos.
El
paso del estado operacional concreto al abstracto es fundamental, de gran
importancia en la madurez del niño, que le permite pasar de normas y símbolos a
realidades análogas. Puede especular, reflexionar, hacer preguntas, entender
por analogías y expresar sentimientos, naturalmente con lógica y con la espera
de resultados a esas preguntas. Coindice este período con la primera
adolescencia.
Es
imprescindible que un educador conozca las etapas evolutivas de los niños, que
son el presente y el futuro de la humanidad, y son el presente porque la
presencia de un niño ayuda al adulto en sus etapas evolutivas como adulto.
“Jesús les dijo:
Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis, porque de los que son como ellos
es el Reino de Dios” (Marcos 10, 14).
*Periodista