lunes, 28 de mayo de 2012

DESDE LA PALABRA: ¿En qué consiste el fracaso escolar?


*Francisco Castro

El fracaso escolar es uno de los debates recurridos y recurrentes en nuestra sociedad española, que vuelve a salir a la luz en esta situación a veces convulsiva por la crisis económica. ¿En qué consiste el fracaso escolar? Es la gran pregunta que se hacen padres y docentes. Sobre este tema, bastante complicado, se han publicado miles de artículos y no pocos libros, desde el punto de vista estadístico, psicológico, pedagógico, etcétera.

El fracaso escolar se ha medido, de manera oficial, por el número de titulados o no, sobre todo en Secundaria, aunque en los últimos años se han incorporado los datos estadísticos sobre el abandono de los estudios, en todos los niveles, y sus causas sociológicas. En el debate surgen propuestas sobre el sistema educativo, sobre la organización y política de los centros o bien sobre el entorno social de los escolares. Probablemente, estaremos más acertados si achacamos el fracaso escolar en alguna medida a cada ámbito, de tal forma que el sistema educativo tendrá su incidencia, como también lo tendrá la situación de algunos centros y el entorno de los alumnos.


Entonces, ¿con qué nos quedamos? Yo diría que con un aspecto de vital importancia y que es centro y denominador común en todos estos ámbitos: las etapas evolutivas de los niños y, como consecuencia directa, la autoestima de los niños.

En un correcto desarrollo de las etapas evolutivas tienen que ver tanto el sistema, como los centros, como las familias. Los niños con baja autoestima tienen más probabilidades de fracasar no sólo en el ámbito escolar, sino en su madurez y evolución como adulto.
Un niño con alta autoestima está preparado en mayor medida para afrontar los retos de la vida.

Por lo tanto, el respeto a las etapas evolutivas es un tema fundamental que debe incorporarse a los debates sobre la escolaridad. En este aspecto y en la promoción del niño trabaja el Centro de Orientación Familiar (COF 2000) de la Diócesis Nivariense, que es un servicio especializado de atención integral a los problemas familiares en todas sus dimensiones.

Según su propia definición, “para poder denominarse católico debe inspirarse y ejercer su actividad desde la antropología cristiana y la fidelidad al Magisterio, y ser reconocido así por el obispo de la Diócesis”.

COF 2000 es un programa de acción social, y sin ánimo de lucro, para el apoyo terapéutico y de orientación a la familia, con especial atención a las que sufren crisis en la unidad matrimonial y en la educación integral de los hijos.

Este servicio está compuesto por profesionales de orientación familiar, psico-social y pedagógica, médico-ginecológica, jurídica y ética. Cuenta con un blog de información en la siguiente dirección: cof2000.blogspot.com.es. Recientemente, se publicó una información sobre la autoestima, en la que se señala que un niño con una autoestima adecuada se siente seguro; tiene mayores posibilidades de progresar con éxito en sus estudios; mantiene unas buenas relaciones personales con su familia y sus amigos y, en definitiva, se siente bien consigo mismo.

Mientras que la baja autoestima hace que sea un niño tímido, inseguro, dependiente, deprimido, desconfiado, agresivo, temeroso, complaciente, inhibido, poco comunicativo. Son rasgos que los padres deben tener en cuenta para detectar en los hijos un posible problema de autoestima.

 El hecho de que el COF 2000 “gravite” sobre la antropología cristiana y el Magisterio de la Iglesia es la garantía de un servicio que se asienta sobre las bases de los valores universales, aquellos que han permitido el crecimiento de las sociedades y cuya pérdida afecta hoy a la ruptura de los pueblos y a las etapas evolutivas de pequeños y mayores.

En la evolución del niño hay que tener en cuenta tres etapas evolutivas:

-Estado preoperacional (2-7 años). Es una etapa de simbologías e imágenes, así como de egocentrismo, porque el niño se mira a sí mismo y no es capaz de ponerse en el lugar de otra persona. Se debe tener muy en cuenta respecto a las relaciones en casa y en el colegio.

-Período operatorio concreto (7-12 años). El niño está capacitado para actuar con la lógica, y puede aplicar operaciones psicológicas respecto a manipular datos, clasificar, ordenar. Lo concreto es lo real.

-Período operatorio abstracto (12-15 años). Realiza operaciones más complejas porque genera hipótesis. Trabaja con objetos y sujetos abstractos.

El paso del estado operacional concreto al abstracto es fundamental, de gran importancia en la madurez del niño, que le permite pasar de normas y símbolos a realidades análogas. Puede especular, reflexionar, hacer preguntas, entender por analogías y expresar sentimientos, naturalmente con lógica y con la espera de resultados a esas preguntas. Coindice este período con la primera adolescencia.

Es imprescindible que un educador conozca las etapas evolutivas de los niños, que son el presente y el futuro de la humanidad, y son el presente porque la presencia de un niño ayuda al adulto en sus etapas evolutivas como adulto.

“Jesús les dijo: Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el Reino de Dios” (Marcos 10, 14).

*Periodista