Juan
Luis Martín Barrios, director de Catequesis de la Conferencia Episcopal
Española
Este
lunes ha dado comienzo la IX Escuela de Verano del ISTIC, sede de Tenerife, en
La Laguna. El primer curso de esta escuela, “La belleza de vivir la fe y el
entusiasmo de su transmisión”, ha sido dirigido por Juan Luis Martín Barrios,
director de Catequesis y Pastoral de la Conferencia Episcopal Española. Martín
Barrios es licenciado en Teología Bíblica por la Universidad Pontificia de
Salamanca y doctor en Teología Catequética por la Universidad Salesiana de
Roma. Su formación, ocupación y sentido de Iglesia le hacen considerar la
necesidad de la religión y la fe para la persona en el siglo XXI.
-¿Sigue siendo la fe necesaria?
-“Esta
sociedad, con sus luces y sus sombras, necesita de Dios. El Papa Francisco nos
ha dicho recientemente que Dios está siempre dispuesto a perdonar y que es al
hombre a quien nos cuesta más aceptar el perdón. Hay tres grandes regalos que
el Señor nos hace cada día: el don del perdón, el de la fe, y el de la
vocación. El que moviliza todo es el don de la fe. Saber que allí donde estés,
estés como estés, alguien te quiere, te empuja y te fortalece. Esto te da una
capacidad de armonía interior que nada, ni nadie nos puede quitar. Se trata de
responder al proyecto de Dios en nosotros.
Incluso
esto, en esta sociedad secularizada, tiene sus aspectos positivos. Se ha
pasado, y es una realidad, de una sociedad española que iba al ritmo de
campanario, donde se seguía el ritmo que le ponía la Iglesia en el siglo XX, a
una sociedad del siglo XXI donde se vive indiferente a la fe. Se pasó por un
ateísmo, por un agnosticismo, y ahora por un momento, quizás, de indiferencia.
Creo que éste es el mejor momento para que los que somos creyentes vivamos
contentos y contagiemos de esa gracia a quienes se muestran indiferentes ante
la fe, porque es algo importante para la persona”.
-¿Y es también necesaria la asignatura
de Religión?
-“Sin
duda es positivo que haya una asignatura de religión hoy en la enseñanza
española. Es un Derecho Humano. Toda persona tiene derecho a ser educada en la
religión que se le ofrece y con la moral correspondiente. La Constitución
Española de 1978 también lo recoge. Es decir, señala que son los padres los
primeros responsables en elegir el tipo de educación religiosa y moral que
quieren para sus hijos. No es un privilegio de la Iglesia Católica. Otras
confesiones religiosas con raigambre en nuestro país también tienen este
derecho. Estoy convencido de que es necesaria, porque a través de la enseñanza
religiosa, que no es el privilegio de la Iglesia, sino el derecho de la
persona, se ofertan al alumno itinerarios sobre los que apoyar su vida. La
religión en el marco de la escuela no busca hacer campaña sobre la fe, sino
descubrir el saber del hecho religioso, que ayuda y constituye los valores de
la experiencia humana. Cultivar la fe es
cuestión de la familia y de la parroquia. En la escuela se da la cultura
religiosa. Quien quiera estudiar Religión Católica es de libre opción hacerlo
para los alumnos y para los padres. Un gobierno no puede decir que todo el
mundo es libre y no posibilitar los caminos de la libertad. La nueva ley, la
LOMCE, lo que ha hecho es poner el hecho religioso en su sitio”.
-¿Ha descendido el número de
catequistas en España?
-“Ahora
estamos cerca de la experiencia que vivió la Iglesia de los siglos IV y V. En
el siglo XX vivíamos a la sombra, como dije, del campanario. Hoy vivimos como
un poco a la intemperie. Estos momentos son semejantes a aquellos siglos, donde
era necesario el catecumenado, donde se invitaba a hacerse cristianos, hoy lo
llamamos iniciación cristiana, donde lo que aportamos es conjugar cuatro
verbos: conocer, celebrar, vivir y orar. Cuando un joven o un adulto descubren el regalo de la fe,
ahondan en conocerlo mejor. Intenta vivir con una vida moral, alternativa
muchas veces a la sociedad de hoy. Eso ayuda al hombre de hoy a vivir unificado
y fortalecido, frente a tanta dispersión y superficialidad, aprendiendo a vivir
desviviéndose por los demás.
En
este sentido, aunque parezca contradictorio, en una sociedad que parece tan
superficial, pero que nos da algo maravilloso, el don de la vida, son más los
jóvenes que se acercan buscando algo que les explique el sentido de esta vida,
y lo encuentran en Cristo. Parece ilógico, sin embargo sucede así, hallan en la
fe lo que buscan y se ofrecen para realizar un servicio que es el de catequistas
en las parroquias. Ahora más que la cantidad, lo que necesitamos es seguir
formando para lograr que el conocimiento del hecho religioso les sea cada vez
más amplio, y puedan formar con más conocimiento. Los jóvenes se acercan y
llevan el mensaje a otros”.
-¿Son los jóvenes por tanto el
presente y futuro de la Iglesia?
-“Ése
es el mensaje que nos dejó Juan Pablo II, que los jóvenes son muestra de la fe
viva, la esperanza y la alegría de la Iglesia. Mensaje que recogió Benedicto
XVI y que retoma también el Papa Francisco. Prueba de ello han sido los JMJ, el
último, el celebrado en Madrid, y las previsiones para el que se llevará ahora
a Brasil son igualmente positivas. Es evidente que si los jóvenes se siguen
acercando a la Iglesia, eso quiere decir que la fe es necesaria para esta
sociedad. Las JMJ están suponiendo el que muchos chicos y chicas se cuestionen
sobre su identidad humana y cristiana”.
FUENTE: DIARIO DE AVISOS, jueves 26 de junio de 2013
FOTOGRAFÍA: Esteban González
INFORMACIÓN: Domingo J. Jorge, responsable de Comunicación del ISTIC