sábado, 16 de febrero de 2013

Benedicto XVI se retira en ejercicios espirituales hasta el próximo día 23


Benedicto XVI prosigue con su agenda aunque en un ambiente de clara despedida. Sereno y distendido, según su secretario personal, el Papa recibió esta mañana al presidente de Guatemala y por la tarde se reunió de forma privada con el primer ministro dimisionario italiano, el tecnócrata Mario Monti, en el que será su último encuentro tras anunciar su inesperada renuncia el pasado lunes.

La audiencia, celebrado a media tarde de este sábado en el Palacio Apostólico, había originado críticas en medios políticos italianos, al considerar que en estos momentos Italia vive la campaña electoral de los comicios generales del 24 y 25 de mayo y una audiencia del papa a Monti podía verse como un apoyo del Vaticano al político católico y a la coalición de partidos centristas que lidera.

El Vaticano señaló que se trata de una visita de despedida, tras el anuncio del papa de que renuncia al Pontificado el 28 de febrero, y que el Obispo de Roma lo recibe como primer ministro y no candidato a las elecciones.

Benedicto XVI se retira mañana en ejercicios espirituales hasta el sábado 23 de febrero. Ese día se reunirá con el presidente italiano, Giorgio Napolitano.

Una renuncia 'muy difícil'

En su encuentro con el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, el Papa reconoció que había sido "muy difícil" tomar la decisión de renunciar al papado, pero que considera que es una decisión "recta" para la Iglesia.

"Benedicto XVI me ha dicho que cree que es lo mejor para la Iglesia, ya que por su edad y también por sus problemas de salud (padece del corazón) no puede viajar, salir más y que la responsabilidad de la Iglesia es muy grande y que por eso tomó esa decisión", asegura Pérez Molina a la prensa tras mantener un coloquio a solas con el Papa durante 25 minutos en su Biblioteca Privada.

Pérez Molina señaló que le ha visto "muy decidido y muy firme" por la decisión adoptada, "que me dijo fue una decisión muy difícil, pero que consideraba que era una decisión recta para la Iglesia Católica.

'En muy buenas condiciones'

El papa Ratzinger le aseguró que aunque se retira, seguirá rezando por la Iglesia. Pérez Molina ha sido el último Jefe del Estado no italiano que es recibido en audiencia por el papa, quien tiene previsto despedirse del presidente italiano, Giorgio Napolitano, el 23 de febrero.

"Para mí ha sido un privilegio y un honor. Para Guatemala es algo histórico y yo me siento muy honrado de saludarle y verle en tan buenas condiciones físicas y mentales", afirmó. El mandatario reconoció que los años pesan -el papa cumple 86 el 16 de abril próximo- pero que Benedicto XVI tiene la mente clarísima y que los temas que abordaron lo hizo con mucha profundidad.

"Le vi en muy buenas condiciones, aunque como es lógico a esa edad camina lento, pero durante toda la audiencia estuvo muy sonriente, franco en sus palabras y alegre, me sentí muy cómodo", preció.

Durante el coloquio, según informó el Vaticano, se destacaron las cordiales relaciones entre la Santa Sede y Guatemala, "así como el aprecio por la contribución que ofrece la Iglesia al desarrollo del país, sobre todo en la educación, promoción de los valores humanos y espirituales y en actividades sociales y caritativas, como se ha hecho patente, entre otras situaciones, durante el reciente terremoto che ha afectado al pueblo guatemalteco".

"También se ha constatado la necesidad de proseguir la colaboración para resolver los dramas sociales de la pobreza, del narcotráfico, de la criminalidad organizada y de la emigración", precisó el Vaticano, que agregó que la defensa de la vida humana desde el momento de su concepción también estuvo sobre la mesa.

Otto Pérez Molina señaló que hablaron de la inmigración, de la lucha contra el hambre y del problema de la droga. El papa, según el mandatario- le dijo que es importante la comunicación y el diálogo con los países que más consumen.

Tras la audiencia, el Papa recibió a los obispos de la región italiana de Lombardia, en visita "ad Limina Apostolorum" (la que hace cada cinco años los prelados de todo el mundo al Pontífice), encabezados por el cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán y considerado "papable", es decir que puede ser elegido su sucesor en el cónclaves.

Respecto al cónclave, la normativa vaticana contempla que se celebre entre 15 y 20 días después del comienzo de la Sede Vacante -es decir el interregno entre la renuncia o muerte de un papa y la elección del sucesor- para permitir que vengan a Roma todos los cardenales del mundo.

'Muy afectados'

El portavoz vaticano, Federico Lombardi, no descartó que si todos los purpurados llegan antes, el segundo cónclave del tercer milenio se celebre antes del 15 de marzo. En su tradicional editorial emitido por Radio Vaticana, Lombardi, aseguró hoy que todos están "profundamente afectados" tras la decisión de renuncia del Papa Benedicto XVI y que ahora se intenta "enfocar el alcance y el significado" de este gesto.

El portavoz habló de la conmoción comprensible que ha sufrido todo el mundo con el anuncio del Pontífice, pues se trata de un gesto "tan inesperado como inusual para todos, dentro y fuera de la Iglesia y del Vaticano".

El portavoz recordó como el pontífice alemán había lanzado ya esta posibilidad en el libro-entrevista 'Luz del mundo' escrito por el alemán Peter Seewald.

"Tenía siempre un modo discreto y prudente de hablar de los compromisos futuros de su pontificado. Estaba claro que estaba desarrollando una misión recibida más que ejercitando un poder poseído", explicó Lombardi.

Para Lombardi, "no era falsa humildad" cuando Benedicto XVI al comienzo de su pontificado se definió como "un humilde trabajador de la viña del Señor".

"El Papa siembre ha tenido mucho cuidado a la hora de emplear con sabiduría sus fuerzas físicas no exuberantes para poder desarrollar lo mejor posible el deber inmenso que se otorgó, de manera inesperada y con una edad avanzada", opinó Lombardi.

Lombardi afirmó que la renuncia al pontificado es fruto de una "admirable sabiduría humana y cristiana" y que con su renuncia "indica una perspectiva de renovado compromiso y esperanza".

Para el portavoz vaticano "se trata de un gran acto de Gobierno de la Iglesia" ya que "para afrontar hoy los grandes problemas de la Iglesia y del mundo, se necesita un fuerte vigor y un horizonte de tiempo de gobierno proporcionado a las grandes empresas pastorales".

Asimismo, agregó Lombardi, "Benedicto XVI no nos abandona en tiempos de dificultad, sino que invita a la Iglesia a ponerse en las manos del Espíritu Santo y de un nuevo Sucesor de Pedro".

"Nosotros seguiremos sintiendo la intensidad única de su oración y de su afecto por el Sucesor y por nosotros. Probablemente esta relación espiritual será aún más profunda y fuerte que antes", añadió.

FUENTE: EL MUNDO - EFE