Domingo J. Jorge
No sé sí aporto algo, o sencillamente escribo sobre algo que ya muchos conocen porque lo sufren en sus carnes, pero Canarias está a la cabeza en lo que concierne a familias desestructuradas, en una comparativa con el resto de Comunidades Autónomas, y por ende, sus dos ciudades más relevantes del área metropolitana, La Laguna y Santa Cruz, padecen esta pandemia de nuestro siglo XXI. Esta enfermedad llega a los hogares de La Laguna y Santa Cruz, y lo hace como herencia de las múltiples dolencias que destruyen hoy el gran cuerpo de la familia: la falta de diálogo entre los matrimonios, las carencias económicas, la ausencia del concepto del amor como primer filón de nuestra vida, la ubicación del hogar en el último lugar de nuestras preferencias,… Pero qué hacer ante esto. Creo que mucho pueden ayudar las instituciones públicas y las entidades privadas vinculadas al sector social en este sentido, porque lo que se esconde detrás de todo esto, y es lo peor, es el golpeo diario a los niños, los hijos de esas familias, los más indefensos, los grandes olvidados.
COMENTARIO DE OPINIÓN PUBLICADO EN LA SECCIÓN FIJA DE LOS DOMINGOS EN DIARIO DE AVISOS, "EN LA CARRERA", PÁGINAS DE TENERIFE. 240711