"Los ismos son un desastre, corrompen algo muy serio y necesario, que es lo fundamental y lo íntegro"
Los últimos días de
abril han contado en La Laguna con la presencia de un enorme elenco de
pensadores y científicos, vinculados al mundo de la filosofía, la teología,
medicina, física, durante el desarrollo del XXII Congreso Internacional de
Diálogo Fe-Cultura, organizado por la ULL y el ISTIC. Martín Gelabert, dominico y catedrático en
Filosofía de la Facultad de Teología de Valencia, fue uno de los ponentes
durante estos días ante el tema de “Dios y la Ciencia”. Este religioso profundizó
sobre la creación y la evolución, así como la necesidad de presentar una imagen
de Dios coherente con la actual concepción del mundo. Gelabert se encuentra en
una línea de la Iglesia en la que “se quiere evitar los radicalismos que no son
buenos para nadie”, señaló a EL DÍA.
-¿En un siglo XXI lleno de terceras y cuartas
dimensiones, se puede presentar la fe de una forma creíble?
-“Es una preocupación
que a mí me afecta directamente. Tengo claro que hoy, siempre, hemos estado en
la necesidad y obligación de presentar la Fe de una forma creíble. Uno de los
grandes retos que hoy se plantean a la Fe cristiana es el de la ciencia. Sobre
todo porque aún muchos de los estudios de antropología cuestionan aparentemente
los relatos del Génesis. Esto ha sido siempre fuente de conflictos con la
Iglesia, de la Iglesia con la ciencia, y viceversa. Así, no vamos a ninguna
parte y desde dicho conflicto no hacemos creíble la Fe cristiana”.
-¿Por lo tanto interpela a la fe la Teoría de la
Evolución?
-“Sí, sin duda. En un
principio las teorías de Darwin cuestionaron los primeros capítulos del
Génesis. Después de Darwin, ya no se puede decir que Dios creó el mundo en seis
días, o que las especies surgieron tal cual hoy las conocemos. No se trata de
una cosa opinable, sino de cómo en nuestros días se explican las cosas desde la
ciencia. Se trata de un razonamiento admitido por toda la sociedad científica y
toda la sociedad cultural, y también hoy la Iglesia acepta la evolución. En
esto es evidente que ha habido un cambio. Las primeras posiciones de la Iglesia
y la teología eran absolutamente contrarias. Hoy, la evolución es algo
perfectamente aceptado por el magisterio de la Iglesia. Otra cosa sería
determinadas consecuencias que de ahí se derivan, pero la evolución como tal no
la discute nadie. Sólo la siguen poniendo en duda los integristas y
fundamentalistas católicos y protestantes”.
-¿Existe fundamentalismo en la Iglesia católica?
-“Claramente, los hay
en la Iglesia. El fundamentalismo es una palabra que viene del mundo
protestante. En el mundo católico, la palabra es integrismo, y entre los
musulmanes, islamismo. Los ismos son un desastre, corrompen algo muy serio y
necesario, que es lo fundamental y lo íntegro. El fundamentalismo surgió en
medios protestantes de Estados Unidos. Por ejemplo, todavía hoy estos medios
norteamericanos fundamentalistas pretenden prohibir por ley la enseñanza de la
Teoría de la Evolución en las escuelas. En España hay integrismo o
fundamentalismo en otras cuestiones y esto hace daño a la Iglesia católica”.
-¿Si la Iglesia no se adapta a los tiempos, difícilmente
los jóvenes se subirán al vagón del Pueblo de Dios?
-“La Iglesia necesita
sintonizar con las nuevas generaciones. Para sintonizar con ellas hace falta
mirarlas con simpatía. Es la única manera de que los jóvenes puedan escuchar el
Evangelio de una forma cercana a ellos. Eso no quiere decir que la Iglesia se
pueda vender al mundo. La Iglesia tiene su propia posición, doctrina y mensaje
que ha de explicar íntegro y entero, sin embargo no ha de hacerlo desde
posiciones duras o fundamentalistas, o sin aceptar las cosas buenas que posee
el mundo moderno, ya lo decía el Concilio Vaticano II. Se trata de encontrar
puentes y una vía de diálogo entre ambas partes. Esto no quiere decir que
encontrando puentes la gente se vaya a convertir, pero sí es necesario
encontrarlos para que se siga dando dicho diálogo”.
-¿Con el Papa Francisco este diálogo va a ser más
sencillo?
-“No cabe duda de que
este Papa ha despertado múltiples simpatías, pero también algunos recelos entre
estas posturas integristas con las que contamos dentro de nuestra Iglesia. El
nuevo Pontífice ha acogido una presencia más sencilla y cercana. A veces hemos
confundido en la Iglesia que lo sagrado significa distante. No, lo sagrado es
respetar a la persona, que es imagen de Dios y donde se refleja Dios. A las
personas hay que mirarlas con simpatía. Este Papa nos ha entregado una gran
esperanza y muchas simpatías, tan necesarias hoy para el Pueblo de Dios. Y para
aquellos que nos miran con recelo”.
FUENTE: EL DÍA, SÁBADO 6 DE MAYO 2013
FOTO: Esteban González