Ramón
Cruz, orientador colaborador en el Centro de Orientación Familiar, COF2000
DIARIO DE AVISOS ha dedicado, este viernes 15, en sus páginas internacionales una entrevista a Ramón Cruz, orientador colaborador en el Centro de Orientación Familiar COF2000, perteneciente al Instituto de Ciencias de la Familia, institución creada por el mismo COF, el ISTIC y la Universidad de Salamanca. Este diálogo con Ramón se hace dentro del amplio espacio ofrecido por este rotativo a los primeros días de Pontificado del Papa Francisco. Este hermano diocesano ha sido testigo directo en Buenos Aires de la humildad y cercanía a los demás, así como ese amor a la familia, que caracteriza al Papa Francisco, al que el conoció como el obispo Jorge Mario Bergoglio, como ya adelanta el DIARIO desde un avance en su primera.
La
entrada del nuevo pontífice de habla hispana, el Papa Francisco, está llena
también de casualidades. Como lo es el que en Tenerife, Ramón Cruz, del Barrio
de Chamberí, en Santa Cruz, emigrante a Argentina con sus padres, ahora
retornado a la isla, haya participado en varias reuniones del Movimiento de Familias
Cristianas, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Dulce Espera, barrio Villa
Devoto, Buenos Aires. Y en esas charlas, estuviese presente como Obispo, Jorge
Mario Bergoglio.
Ramón conoció al Papa Francisco, en Buenos Aires, cuando éste
era obispo de la capital argentina. Actualmente, trabaja en Tenerife y es
orientador colaborador del Centro de Orientación Familiar,
COF2000, perteneciente al Instituto de Ciencias de la Familia, institución
creada por el mismo COF, el ISTIC y la Universidad de Salamanca. Este tinerfeño-porteño
estudió Orientación Familiar en la Universidad Católica de Buenos Aires y de
los momentos, que el ahora sucesor de Pedro, Papa Francisco, compartió con
ellos y otros matrimonios cristianos, brilla en su memoria sobre todo algo, “el
que cuando estabas ante él, sentías que había un sacerdote que era sobre todo persona
y hombre de Dios. No es cercano, es cercanísimo”. Ramón, desde su sencillez,
como la que caracteriza al propio Papa, recuerda aquellos momentos con su
Santidad.
-¿Cómo fue ese encuentro con el Papa
Francisco?
-“Fueron
varios encuentros. Él acudía a las reuniones que teníamos en el Movimiento de
Familias Cristianas, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Dulce Espera, en
el que era nuestro barrio, Villa Devoto, en Buenos Aires. La Iglesia está cerca
del Seminario, en el que estudió Monseñor Jorge Mario Bergolio. Acudía a darnos
charlas en aquellas reuniones. Todos éramos cercanos a él, pero él no es
cercano, sino cercanísimo a todos los demás”.
-¿Vivencias que brotan ahora, muchas,
imaginamos?
-“Sí,
pero sobre todo recordamos la gran verdad que nos decía siempre. Nos animaba a
que los laicos, los cristianos de a pie, trabajásemos, que fuésemos activos,
que trabajásemos con la gente. Que ser estático no lleva a nada. No depender
sólo de lo que el otro haga. Ayudar, pero hacer que todos trabajemos”.
-¿Entonces, es cierto que es una
persona próxima a las personas y hombre de Dios?
-“No
sólo es cierto, sino que él lo ha demostrado siempre. Es humilde, ilumina con su
trabajo y presencia, cuenta con una inteligencia privilegiada, y capaz de
manejar las cosas, los problemas, poniéndose a la altura de la gente, de todos
los demás. Es un cristiano de verdad, un hombre que le gusta ser el último de
todos, pero ayudar desde el primero al último. Es un hombre de Dios”.
-¿Qué le pasó por la cabeza ayer
cuando conoció su nombramiento?
-“Mi
mujer Mónica, argentina, que también participaba en aquellas reuniones en las
que Monseñor Jorge, estaba con nosotros, presidiendo, pero como uno más, cuando
oyó anunciar al nuevo Papa con el nombre de Jorge, no se pudo contener y dijo
Bergoglio. Sí, era él, ahora es nuestro Papa. Las lágrimas nos caían. Lo
conocimos obispo y ahora es Papa. Un gran Papa”.
-¿Cuáles eran las preocupaciones en aquel
entonces del Papa Francisco?
-“Entre
todos los problemas que acosan al hombre, todos le preocupaban y sobre todos
ellos nos hacía reflexionar. Quizás los más candentes eran los jóvenes y la
familia. El Papa Francisco siempre ha estado preocupado por la familia, por la
desfragmentación existente, y nos anotaba la necesidad de dar cabida en la
Iglesia a los jóvenes y trabajar con ellos”.
INFORMACIÓN: Domingo J. Jorge, responsable de Comunicación del ISTIC
FOTOS: Esteban González.