Opiniones
Impresiones sobre el Papa Francisco de don Bernardo Álvarez y don Francisco Cases
Los obispos de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, y de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases pasaron hoy jueves 14 de marzo por los micrófonos de COPE Canarias para hablar del nuevo Papa Francisco.
"Fumata blanca"
Juan Pedro Rivero*
Comienzo a escribir este artículo después de la segunda fumata negra y estoy -casi- seguro que comenzarás a leerlo cuando ya se haya producido la definitiva fumata blanca. Y ¿sabes lo que te digo? Que no me importa mucho el color de la fumata. Lo que sí me importa es que aquel que sea elegido asuma la misión -el ministerio- que se le encomienda con toda la radicalidad con la que está llamado a hacerlo. Con toda la firmeza que llevó a Benedicto XVI a renunciar porque ya no tenía la fuerza y el vigor para llevarla a cabo. Con todo el clarividente arrojo con la que el mundo actual necesita escuchar, de nuevo, la buena noticia de Jesús de Nazaret. Cuando estudiaba el tratado de la Iglesia en el ciclo de estudios de la licenciatura nos entreteníamos un buen rato en aquella afirmación, o nota distintiva sobre la Iglesia, que la denomina “Santa”. A la vez, y usando aquellas contundentes palabras de los primeros padres de la Iglesia que reconocían la fealdad del pecado de sus miembros, se nos decía que Semper reformanda, que la Iglesia siempre está en situación de reforma, de mejora, de cambio…
No puede ser de otra manera: permanente reforma es la gramática de la verdadera santidad de la Iglesia y, en ella, de sus miembros. No puede darse el bien sin el juicio moral y la conversión de vida en actitud permanente. Siempre podemos mejorar: cambiar lo que está mal, incorporar lo que falta y, sobre todo, arrancar de raíz lo que daña. Esa es la reforma necesaria en la Iglesia que debe ser, como su fundador, verdaderamente “santa”. La fumata blanca será verdaderamente blanca si reinicia -como en este tiempo de cuaresma venimos subrayando en todos y en todo- la ecclesia semper reformanda de una manera tan firme como gozosa. Porque, aunque crea que no lo necesita, el mundo actual merece el testimonio y vigor de los discípulos de Jesús que, sin titubeos, muestren con actitud dialogante la verdad que hace libre al género humano. No nos podemos contentar con menos que con la verdad…
*DIRECTOR DEL ISTIC
@juanpedrorivero
(Publicada hoy jueves 14, en su columna habitual "Reflexión" en DIARIO DE AVISOS)
Francisco, un gran Papa para la evangelización
*Francisco Castro
Humilde, sencillo, cercano. ¿Cómo podemos definir con pequeñas palabras lo grande? Así es el nuevo Santo Padre, el primer Francisco, el primer sudamericano y el primer jesuita. Estoy convencido de que Francisco dejará huella; puede que sea otro magno. Es, sin duda, el Papa de la oración, de la esperanza para el mundo entero, que se ofreció a todas las personas, de manera especial a “todas las personas de buena voluntad”, como así fueron sus primeras palabras.
La elección del cardenal Jorge Mario Bergoglio es una muestra de que las cosas de Dios no son previsibles, de que la Iglesia no es previsible y de que es poco útil hacer conjeturas y ofrecer nombres como posibles candidatos. Se ha demostrado que la elección de un Papa no es sólo cosa de hombres y, tal y como creemos los católicos, se necesita la fuerza del Espíritu Santo para dilucidar quién debe ser el sucesor de Pedro. Tampoco creo que sea justo decir que este fue el mejor candidato y por eso fue elegido. Simplemente, Jorge Mario Bergoglio ha sido porque tenía que ser; es el elegido en estos momentos, elegido por los hombres y por la gracia de Dios.
Sí, la Iglesia no es previsible, porque Dios tampoco lo es. ¿Acaso fue previsible la elección de Juan XXIII, la celebración del Concilio Vaticano II, o las elecciones de los Santos Padres Juan Pablo II y Benedicto XVI? Parece que no. La Iglesia es grande, única, divina, o dicho con mayor propiedad, Una, Santa, Católica y Apostólica, porque es única y verdadera, por su fundador y por la guía del Espíritu Santo, además de universal, y tiene la sucesión apostólica, que acaba de ser renovada. ¿Su misión?, extender a Cristo por todo el mundo y anunciar el Reino de Dios.
El Papa Francisco puso a toda la plaza de San Pedro a rezar; a rezar por el mundo y por el nuevo pontificado. El Papa se arrodilló en la logia y rezó ¡Qué maravillosa catequesis nos ofreció! Realmente, va a ser un gran Papa. Una plaza de San Pedro abarrotada, con un despliegue de medios de comunicación como nunca antes se había visto. Y, también esta es la primera vez que se presenta una Iglesia con tal transparencia informativa. Las cámaras de televisión pudieron entrar hasta la Capilla Sixtina, hasta que se declaró el “extra omnes”. Pudimos incluso ver al Papa en el interior de la basílica antes de que saliera por primera vez ante los ojos del mundo. Sí, es una Iglesia grande y un Papa grande.
El Papa Francisco va a ser un gran evangelizador. De alguna manera será continuador de la labor moral de los papas anteriores, aunque con su propio carisma. Afrontará los retos de la secularización, dará un renovado impulso al ecumenismo, y dará respuestas a los problemas de la familia, del hombre y la mujer, en todos sus ámbitos. Será la esperanza para los continentes que emergen como católicos.
*Periodista