La doctora Lydia Feito. |
Así, esta profesora de Bioética y Humanidades Médicas, de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, se refiere a la gestión de recursos sanitarios y la toma de decisiones con criterios de justicia y equidad como los principales problemas bioéticos a nivel mundial
En materia de Bioética, "España se encuentra en un puesto avanzado con respecto a los demás países de su entorno, ya que se han hecho importantes aportaciones desde los ámbitos de la reflexión y la normativa", explica Lydia Feito, profesora de Bioética y Humanidades Médicas de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Sin embargo, "todavía queda mucho por hacer en los campos de la investigación y, sobre todo, de la formación", añade. Así, por ejemplo, "habría que impartir muchas más horas lectivas de esta disciplina en la Licenciatura de Medicina y hacerla extensible como asignatura a otras carreras universitarias y a los niveles medios de educación".
La experta se ha referido a "la gestión de recursos sanitarios y a la toma de decisiones con criterios de justicia y equidad" como los principales problemas bioéticos de hoy en día a nivel mundial. Por otro lado, "el envejecimiento progresivo de la población también genera importantes preocupaciones que es necesario analizar, como el abordaje de las enfermedades crónicas, los cuidados y atención a la dependencia o las decisiones al final de la vida", afirma. En el caso concreto de España, hay dos aproximaciones o tendencias divergentes: "quienes tratan de establecer unos mínimos de convivencia en base a la libertad y la tolerancia, y quienes consideran que deben defender unos valores fundamentales que no pueden dejarse a la iniciativa personal".
Con respecto al papel que debería jugar la Bioética dentro de la Administración sanitaria, la profesora Feito se ha lamentado de que en España apenas se tiene en cuenta. "Hay un hiato importante entre la reflexión bioética y su implementación en los sistemas de salud". Entre otras muchas cosas, esta disciplina "persigue la mejora de la calidad asistencial, la promoción de actitudes responsables entre los profesionales sanitarios y la óptima gestión de los conflictos que puedan surgir, lo cual redunda en beneficio de todos", explica. Por todo esto, los gobiernos "deberían conocer mejor lo que la Bioética les puede aportar para incorporar más activamente este tipo de cuestiones en sus políticas", señala.
Por encima de todo esto, "hay que entender que la bioética no es un recetario de normas, sino un espacio de deliberación en el que se tratan importantes temas que afectan a la salud y a la vida de las personas", afirma la experta. En su opinión, el método deliberativo "es el que tiene más posibilidades de encontrar soluciones prudentes a estos problemas, dado que incorpora el diálogo dentro del respeto a la pluralidad, y la consideración del mayor número posible de perspectivas y enfoques, con el objetivo último de analizar las posibles consecuencias y los valores en juego", expone. El profesor Diego Gracia, creador del Máster de Bioética de la Universidad Complutense de Madrid, "ha sido promotor de un modelo de Bioética basado en la deliberación".